El Ahora, la Clave para un Futuro Brillante

Uno de los temas recurrentes en mis escritos es el presente. Lo menciono, sobre todo, para recordármelo a mí misma: que no se me olvide su importancia, que cada día me quede claro que el único momento que importa es el ahora. El pasado ya pasó, con sus lecciones y sus huellas; el futuro, por otro lado, no existe aún, es un terreno imaginario que no podemos controlar. Esta misma filosofía es algo que intentamos inculcar en nuestros hijos, aunque sean pequeños. Y los resultados han sido maravillosos. Formarlos desde ahora con esta perspectiva es como darles un regalo invaluable: bases sólidas para su futuro.

Sin embargo, vivir el presente no significa actuar sin responsabilidad. Al contrario, es enseñarles a disfrutar y valorar cada instante mientras aprenden sobre la disciplina, las buenas costumbres y los valores. Esos aprendizajes diarios son los que allanarán el camino hacia su éxito. Pero nunca debemos olvidar que, aunque tengan ciertas responsabilidades, su presente sigue siendo un espacio para la alegría, para la magia del momento, porque es lo único que realmente tienen.

Debo confesar que a mí siempre me costó mucho esto. Desde muy pequeña dedicaba gran parte de mi tiempo a pensar en el futuro, a preocuparme por lo que vendría. Y aunque he mejorado bastante, aún caigo en ese estado ansioso, en esa angustia por cosas que ni siquiera han sucedido, por escenarios que tal vez nunca ocurrirán. Reconocer esta tendencia y trabajar en ella ha sido un acto de liberación inmenso. Es desgastante y poco saludable vivir atrapada en lo que no se puede controlar. Darme cuenta de esta limitación ha sido un regalo para mi mente y mi cuerpo, un premio que he recibido con alegría y gratitud.

Por otro lado, también está el pasado, ese archivo de memorias que a veces recordamos con reproche, cargando el peso de lo que nos hizo daño. Esto es igual de nocivo que vivir con una mente ansiosa por el futuro. Porque, aunque el futuro podemos guiarlo en cierta medida, el pasado es inalterable. Es como un álbum de fotografías que debemos mirar con ternura: aceptar los momentos difíciles como parte de nuestra historia y agradecer los instantes mágicos que nos regaló.

Steve Jobs, en un discurso que dio a los alumnos de Stanford, dijo algo que siempre resuena en mí: "Cuando miras hacia atrás en la vida, puedes conectar los puntos, esos puntos que armaron tu vida". Si vamos a pensar en el pasado, hagámoslo con esta perspectiva. Cada situación, cada decisión, cada giro inesperado nos trajo hasta donde estamos hoy. Woody Allen, por su parte, afirmó: "Me interesa el futuro porque es el lugar donde pasaré el resto de mi vida". Hago mía su frase, pero desde un interés calmado, no ansioso ni destructivo. Estoy segura de que el futuro me espera con grandes cosas porque hoy me ocupo de que mi presente sea maravilloso.

Vivir el presente es un acto de amor propio y de confianza en la vida. Es soltar lo que ya no podemos cambiar, abrazar lo que está aquí y construir, paso a paso, un mañana que sea digno de nuestros sueños. Pero, sobre todo, es entender que la verdadera riqueza está en este instante, en este respiro, en este ahora.

Con amor,

Silke