El Primer Vuelo
- silkehorn
- 30 oct 2024
- 2 Min. de lectura

Nuestro hijo mayor transita, casi sin darnos cuenta, la última etapa de su primer año escolar. Qué implacable es el tiempo, llevándose con él la emoción de comprar la primera lista de útiles, el primer uniforme, y esos nervios del primer día de clase. Nunca volveremos a tener esos momentos iniciales, y probablemente ya no habrá lágrimas por no querer ir a la escuela, ni deseos de quedarse unos minutos más en casa.
Hoy vivimos entre intentos de suma y resta, ansias por aprender a leer, y una infinidad de preguntas que a veces ni sabemos cómo responder. Aquel niño tímido, que solía mostrar cierta dificultad para hacer amigos, ahora brilla intensamente, iluminando con su luz los rincones más oscuros. La escuela, como bien dicen, se está convirtiendo en su segundo hogar. Allí aprende y aprenderá cosas que ahora aún están fuera de su alcance; ha dejado la seguridad de nuestra burbuja familiar para comenzar a alzar sus alas y volar cada vez más alto.
Y nosotros, sus padres, lo observamos con orgullo. Porque más allá de su inteligencia, su fortaleza, o sus habilidades, lo más importante para nosotros es verlo convertirse en nuestro mayor anhelo: una buena persona. Alguien capaz de aportar un poco más de amor a esta sociedad tan necesitada de valores; alguien que comprenda el verdadero significado de ser empático y generoso. Queremos que aprenda a amarse tanto, que pueda irradiar ese amor y confianza a los demás. Y sentimos que, poco a poco, lo está logrando.
Acompañarlo en cada paso de esta etapa, cada día y cada momento, ha sido una de las mayores satisfacciones de nuestras vidas. Cada mañana le pido al universo seguir caminando a su lado: primero de la mano, luego un poco detrás de él, y, en algún momento lejano, desde la distancia, pero con el mismo amor que sentimos aquel primer día en que cruzó la puerta de la escuela.
A ti, mi hijo, solo puedo decirte: "Saber que tu futuro está lleno de posibilidades emociona mi corazón. Aunque me inunde la melancolía, sé que es hora de soltarte un poco más. Gracias por cada instante en que me has permitido acompañarte y aprender a tu lado. Ahora, vuela alto, sigue soñando, y recuerda que siempre estaré aquí, orgullosa, lista para apoyarte en cada uno de tus caminos."
Con amor.
Mamá.
Comments