La Influencia Silenciosa de los Padres
- silkehorn
- 2 feb
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Los padres ejercen una influencia profunda en la vida de sus hijos, moldeando su carácter, valores y forma de ver el mundo. Desde la infancia, cada palabra, gesto y acción deja una huella imborrable en su desarrollo emocional y psicológico.
Recientemente tuve la oportunidad de compartir con una persona cuya historia me impactó profundamente, y a la vez me sentí muy agradecida por las personas que la vida va poniendo en mi camino. No solo aprendo de ellas, sino que también puedo ofrecer algo valioso a quienes me rodean. Entre las tantas cosas de las que hablamos, hubo una que quedó resonando en mi mente.
Ella me contó que quedó embarazada sin haberlo planificado, siendo aún muy joven, y sintió la presión de contraer matrimonio con el padre de su bebé. Aunque nunca dudó en tenerlo, su mayor temor era repetir la historia de su madre, quien había pasado por una experiencia similar y no tuvo una vida matrimonial feliz. Sin embargo, a pesar de esos miedos, decidieron formar la familia que merecían, y hoy en día viven cómodos y felices, con una familia que ha crecido en número.
Este relato me llevó a reflexionar sobre hasta qué punto influimos en la vida de nuestros hijos con nuestras acciones y palabras. Muchas veces, sin pensarlo, les decimos cosas que pueden marcarlos de por vida: frases como "no puedes hacerlo", "eres desordenado", "eres incapaz". En la mayoría de los casos, no lo hacemos con intención de dañar, sino de corregir su comportamiento. Sin embargo, la forma en que nos expresamos tiene un gran impacto en su autoestima y desarrollo emocional. Y curiosamente, las conductas no mejoran, si no todo lo contrario.
Asimismo, nuestro actuar es aún más importante. Si damos órdenes y directrices, pero ellos observan que hacemos lo contrario, es probable que adopten esas conductas o incluso las intensifiquen. Son pocos los casos de niños que logran romper patrones negativos del pasado sin una guía adecuada.
Esto no significa que no debamos corregir o ejercer autoridad sobre nuestros hijos, todo lo contrario. Como madre, me considero exigente, a veces en exceso. Pero la clave está en la coherencia entre nuestras palabras y acciones. Si nuestra propia vida no ha sido la más deseable, no debemos transmitir ese peso a nuestros hijos. No se trata de ocultarles la realidad, sino de hacerles entender que tienen el poder de escribir su propia historia, sin estar atados a los errores del pasado.

No te canses de repetirle a tus hijos que son especiales a su manera y que pueden lograr todo lo que se propongan, incluso cuando parezca que el mundo les da la espalda. Aplica medidas correctivas sin usar afirmaciones limitantes. En lugar de decir "eres desordenado" o "eres impuntual", diles que "están mostrando una conducta desordenada o impuntual, pero que pueden mejorar". Cuando enfrenten críticas o menosprecios en la vida, recordarán las palabras de sus padres, quienes son su mayor referencia.
Cada padre deja un legado en sus hijos. La pregunta es: ¿Qué tipo de legado queremos dejarles?
Me encantó y leí esto en el momento justo 😍♥️