Nuestros hijos nos observan
- silkehorn
- 13 sept 2024
- 2 Min. de lectura

Mis hijos crecen a un ritmo sorprendente. Verlos jugar juntos, a pesar de sus pequeñas discusiones, es un verdadero placer. El más pequeño ya está formando su carácter y, muchas veces, se resiste a seguir las reglas impuestas por su hermano mayor, lo que genera frustración en él. Hace poco observé cómo, a pesar de los intentos del mayor por convencerlo, el menor se negó a jugar cierto juego. Al ver que la situación se complicaba, hablé con mi hijo mayor y le propuse una alternativa: que armara él solo la casita que quería construir, mostrando con entusiasmo su trabajo. En menos de un minuto, su hermano menor se unió al juego.
En la crianza, por encima de las palabras y las indicaciones que les damos a diario a nuestros hijos, lo que verdaderamente impacta es lo que nos ven hacer. Ellos siempre reproducirán nuestras acciones, mucho más que nuestras palabras. Por eso, criar a los hijos implica una gran responsabilidad sobre nuestros propios comportamientos.
Si quieres que tu hijo coma sano, siéntate a comer con él.
Si quieres que tu hijo haga deporte, deja que te vea practicándolo.
Si quieres que tu hijo deje las pantallas, hazlo tú primero cuando estés con él.
Si quieres que tu hijo aprenda a amar, mostrémosle cuanto nos amamos mamá y papá.
Vivimos exigiendo orden, respeto, amabilidad y paciencia, pero nos observan perder la calma al primer obstáculo. Hablamos de los peligros de los vicios, pero a menudo convivimos con ellos. Así repetimos patrones, imponiendo reglas sin romper nuestros propios hábitos negativos.
La crianza no es solo repetirle a diario a los niños lo que deben hacer; es mostrarles con nuestras acciones cómo se vive. Los padres de mi generación tuvimos una infancia muy diferente a la de nuestros hijos, y es natural que esto nos genere retos. Lo importante es romper con los paradigmas del pasado y tratar de ser mejores.
Hay dos tipos de padres: los que están atrapados en las heridas del pasado y los que, a pesar de sus experiencias difíciles, eligen liberar esos patrones y permitir que sus hijos vivan una vida más plena. Yo elijo estar entre los que liberan, los que no solo hablan de vivir bien, sino que lo demuestran cada día.
Con amor.
Silke
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