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Navidad en julio
Una mañana del mes de julio, nuestros hijos se levantaron con una brillante idea en mente, preparar una "mini Navidad". Y es que ese día...

silkehorn
31 jul 20242 Min. de lectura


Escalera mecánica
Recientemente nos honraron con su presencia dos niñas provenientes de uno de los pueblos más lindos del interior del país. Para...

silkehorn
20 jul 20243 Min. de lectura


Me dijo "Feo"
Recientemente se nos presentó un suceso con mi hijo mayor, se había quejado de que una niña de su entorno lo había llamado "Feo". No me...

silkehorn
9 jul 20243 Min. de lectura


Personas "Vitamina"
Tanto escuchamos hablar de personas o relaciones "tóxicas", por el contrario, quiero dedicar este post a esos seres de luz, que muchas...

silkehorn
3 jul 20242 Min. de lectura


Misofonía
¿Por qué nos cuesta tanto estar en silencio?

silkehorn
23 jun 20244 Min. de lectura


Papá
Una mañana de abril del año 2019 dábamos la bienvenida a la vida nuestro primer hijo, Luciano, y en ese maravilloso momento también nacía...

silkehorn
16 jun 20242 Min. de lectura


Piscina Tsunami
Hace unos meses compartimos con nuestros hijos un viaje a un maravilloso Parque Acuático en la ciudad de Maringá, Brasil. Fue un fin de...

silkehorn
14 jun 20243 Min. de lectura


El Bambú Japonés
A mí me resultó algo difícil de creer por lo que, investigando un poco, efectivamente sí, el bambú japonés tarda siete largos años en brotar sobre la superficie de la tierra una vez cultivada la semilla. Durante ese tiempo se lo debe regar, fertilizar y cuidar para que pasados esos años se muestre finalmente ante nuestros ojos. Llega a crecer hasta treinta metros en solo seis semanas. No he incluido en mi lista de objetivos de vida plantar esta especie de Bambú, por lo pronto

silkehorn
10 jun 20242 Min. de lectura


¿Puedo devolver al bebé?
Luciano, mi primer hijo, fue un niño planificado y muy esperado. Cuando con mi esposo llevábamos cerca de tres años de casados, se nos...

silkehorn
5 jun 20242 Min. de lectura


Las piedritas de Oma
De pequeña solía acompañar a mi madre a su lugar de trabajo. Para ello nos trasladábamos en autobús unas dos horas de viaje. Ese largo trayecto me generaba mucho malestar, tal es así que cuando bajábamos del autobús, vomitaba. Lo hice tantas veces que mi mente se fue acostumbrando a que en cada viaje eso ocurriría. Fui relacionando el viaje con el malestar y mi mente muy obediente me hacía pasar exactamente lo que yo sin darme cuenta le estaba ordenando. Me habían recetado un

silkehorn
3 jun 20244 Min. de lectura
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